VAN GOGH
Este genial pintor holandés
nacido en 1853 llevó una vida bohemia y en muchas ocasiones solitaria, producto
de su desequilibrada personalidad. Su mal carácter, reconocido por él mismo en
las cartas a su hermano Theo, y sus episodios sicóticos no pueden eclipsar un
personalísimo estilo pictórico mal entendido en su época (de hecho solo consta
que vendiera una pintura en vida, “la viña roja”), otra de las causas de su
huraño comportamiento.
El único amigo que consta que le
aguantara fue el también pintor Gauguin, curiosamente quien le arrancara la
oreja en una disputa producto de una de las numerosas borracheras que ambos
protagonizaban en sus reuniones (este hecho ha sido demostrado hace poco,
desmontando la teoría establecida de que fue él mismo quien se la cortara).
Sus continuas depresiones le
hacen alejarse de su vida en París, instalándose a las afueras, en la pensión
Ravoux de Auvers-sur-Oise, donde en dos meses pintó más de setenta cuadros
apoyado en los cuidados del doctor Gachet (a quien retrató).
La información que se manejó
desde un principio afirma que el 27 de julio de 1890 tras terminar “Cuervos
sobre el trigal” y mientras paseaba por el campo algo se le cruzó en la cabeza
y se disparó un tiro en el vientre que no llegó al corazón como quería. De
hecho regresó a la pensión y se refugió en su habitación, donde se acostó dado
su estado. Su casero, alertado de la situación, avisó a los gendarmes, que
interrogaron al pintor sobre el asunto y confesó que él se había disparado, y a
los doctores Mazery y Gachet.
La observación de la herida la
refiere el hijo de Gachet: formaba un pequeño círculo rojo muy oscuro del que
rezumaba un fino hilo de sangre. El disparo atravesó posiblemente la zona tras
los pulmones y la bala se alojó cerca de la columna vertebral, sin afectar al
corazón ni ningún órgano vital. No presentaba síntomas graves, como sofocación o
shock apreciable, así que decidieron esperar acontecimientos dada la
imposibilidad de extraer la bala.
Una nueva versión estima que fue
el disparo que le realizó uno de los dos hermanos Secretan, que solían vagar en
sus vacaciones por esos lares disfrazados de vaqueros y disparando con un
revólver, el que hirió de muerte a Vincent, hecho que el propio René Secretan
confirmó en una entrevista en los años 60 pero que nunca desveló Van Gogh. Si
fue un disparo intencionado o accidental solo lo podían saber ellos tres. ¿Pudo
tratarse pues de un disparo accidental que Van Gogh no quiso denunciar dada la juventud
de los hermanos, a quienes conocía de sus paseos por el campo? Es muy probable.
Dos días después fallece a
consecuencia de la herida, que al parecer no afectó órganos vitales pero que le
causó una hemorragia mortal.
A su entierro acudieron todos sus
amigos artistas de París y su hermano, que corrió con los gastos como siempre,
avisados por telegrama para la ocasión. Previamente a su traslado el ataúd cerrado (a
causa de su hedor) se expuso en un salón de la pensión rodeado de sus últimos
lienzos. Se colocó el féretro sobre caballetes para introducir el cadáver, y
después sobre el billar del salón. Van Gogh fue amortajado con una sábana
blanca y el salón convertido en una capilla ardiente donde colocaron su
caballete, su silla, sus pinceles y su paleta. Los amigos parisinos aportaron
docenas de flores amarillas, sobre todo dalias y girasoles, sus favoritas.
La comitiva, formada por gente de
la localidad y sobre todo artistas como Pissarro o Lauzet partió hacia el recién construido cementerio del pueblo a las
tres de la tarde, subiendo una colina a las afueras. Fue el doctor Gachet quien
dijo unas palabras de recuerdo sobre el difunto antes de ser bajado a la
sepultura, tras lo cual todos se dispersaron.
Imágenes de la tumba de Van Gogh en Auvers sur Oise
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